Las Estancias… Enero 2014

Dia 1

Monteagudo – Las Estancias

Salimos desde Santiago del Estero, en mi Kangoo con los dos choferes, Santi mi hijo y Álvaro un amigo, Luis y yo en calidad de ciclistas. Llegamos hasta Localidad de Monteagudo sobre RN 157 en Tucumán. Ahí armamos las bicicletas, cargamos las alforjas y salimos con destino a Concepción distante a unos 40 km de Monteagudo.

Hicimos una parada, un fuerte desayuno y tipo 10 am. Seguimos pedaleando hasta Alpachiri en busca de la cuesta del clavillo y posteriormente Las Estancias.

Comenzamos a sentir mucha húmedad ambiente, el aire quieto, provoca que el cuerpo, sometido al esfuerzo de pedalear, trate, por medio de la transpiración, de refrescarse…
El exceso de transpiración puede conducir a una seria deshidratación, la cual podría inhabilitarte para cualquier actividad física, salvo período de recuperación de varios días.

Esto NO puede suceder el primer día de un viajecito en bicicleta. Fue así que, con Luis nos hidratamos convenientemente durante toda la jornada.

Pedaleamos por medio las yungas tucumanas que asombra por su densidad, muy cerca de los campos donde se imponen las plantaciones de cítricos y caña de azúcar. Es verdaderamente hermoso pedalear por ahí se disfruta cada tramo del camino.

Un magnifico camino de cornisa se interna por la Sierra del Aconquija para desembocar en La Banderita, el punto más alto del día, 1890 msnm. Lamentablemente semi-cubierto de nubes el cielo, nos impidió disfrutar de la vista del Nevado del Candado hacia arriba y del serpenteante río Cochuna hacia abajo.

Pero el paisaje nos dio revancha apenas iniciamos el descenso hacia el Valle del Aconquija (Las Estancias, que le dicen los tucumanos). Había sol !.
Breve parada en las cabañas de Yunka Suma para recobrar alguna prenda olvidada por mi amigo y compañero de viaje Luis.

Un poco más adelante llegamos al río Potrero y apenas cruzar el puente inauguramos (cicloturisticamente hablando) un lindo pavimento que une a todos los pueblos del valle.

Supuestamente era todo bajada hasta el hospedaje, pero nuevamente una mentira piadosa de mi compañero. Un falso llano que pica y pica para arriba, alguna bajadita y varios repechos, cortos, pero picantes. Lo retaba a  Luis «NO ERA TODO BAJADA !!??»

Luego de una breve pero eficaz parada en Alto de Las Juntas para tomar un Gatorade, ya venía con la fundición encima, continuamos hasta El Alamito, llegando a El Fortín de Jorge. Baño, breve descanso y caminata de 1.5 km hasta el restaurante donde cenamos y tomamos un par de cervecitas.

Repaso del día: Sacrificado, pero muy satisfactorio.

Dia 2

Las Estancias – Balcozna

Al día siguiente estábamos listos para partir a las 8am. Salimos a la calle para comenzar el pedaleo y observando, hacia el oeste, el rumbo que deberíamos tomar, una cortina azul ocultaba las alturas de Cóndor Huasi …

Próximo horario de partida, 10am, vamos a seguir durmiendo. A la nueva hora señalada, idéntico panorama, con el agregado de que en El Alamito llovía. Mientras esperábamos el almuerzo, cervecita mediante, veíamos con preocupación las encrespadas aguas del río Del Campo, que pasaba casi por los fondos de El Fortín.

Después de almorzar, como a las 14 horas, el río ya se había amansado bastante, la lluvia había cesado y se podía divisar claridad en la lejanía, mirando hacia el oeste. Entonces, iniciamos la marcha.

Cruzamos el río Del Campo, un poco más allá de Buena Vista, caminando para evitar posibles inconvenientes, luego, unos pocos km más y cruzamos un afluente de este río y ya continuamos tranquilos de saber que no quedaba otro obstáculo similar en el camino.

El camino hasta Cóndor Huasi es duro, muy … pero las vistas del Valle del Aconquija son espectaculares. Vale la pena el sufrimiento. Lindo colectivo va y viene desde San Fernando del Valle de Catamarca hasta Las Estancias … lo vimos pasar de ida y de vuelta … no le hicimos señas, creo que ni lo saludamos, en parte por no tentarnos. La jornada era agobiante, no por la temperatura o la humedad, sino porque el recorrido tiene duras pendientes seguidas de bajadas y luego sube y luego baja … y así

El horario (recordar que veníamos demorados por 6 horas), nos apremiaba, la tarde ya terminaba, así que apuramos el trámite para llegar a Singuil. Y lo pasamos a Singuil, cruzamos el río Singuil y sobre pavimento iniciamos el ascenso a la Cuesta de Singuil.

En el ascenso a la cuesta de Singuil, la noche no demoraría en llegar. Diosito no mando un par de camionetas, una de las cuales no quiso levantarnos y la 2da muy amablemente un señor y su familia, nos cargó y nos acercó hasta las Higueritas

Pasada de manera poco honorable esta cuesta, agradecida la ayuda recibida, nos encaminamos hacia nuestro destino del día:  Balcozna. Llegamos pasada las 21 horas. Otra vez, trato amable, baño, breve relax y a buscar donde cenar. Sencillo lugar sobre la calle principal, frente al rio, que hacia ruido, alimentado por las recientes lluvias. Mientras le dábamos a un riquisimo locro de choclo, previas empanadas fritas, se largó a llover. Así que para no mojarnos, esperamos a cubierto un rato, mientras bajamos 2 cervecitas más. Salud !!

Párrafo aparte para el manejo de distancias que tienen los lugareños, 1 km pueden ser 5, 15 km seguro son 30. Ni uno solo de aquellos a quienes consultamos distancias nos supo dar un dato cierto. Lamentablemente siempre erraban por mucho menos.

Dia 3

Balcozna – Lavalle

El tercer día arrancó diáfano, sol casi a pleno, vientito fresco, hermoso para pedalear más por esa ruta que ya la había hecho en auto con mi mujer. Se va rápido bastante, no produce desgaste al pedalear.

En La Merced hicimos una paradita para tomar una gaseosa y comer alguna de las provisiones que llevamos.

Cuesta del Totoral, 5 km de subida, camino anchisimo, con ciclovia. Pedaleamos parejo hasta llegar a Los Altos.

Buscamos donde almorzar y mientras le dábamos al diente y al escabio, Luis trataba de encontrar algún amigo que nos busque desde lavalle.  Ernesto Escobar, apodado inmediatamente como el salvador nos buscó cerca de las  17hs.

 Y así fue, con vientito a favor hasta Las Cañas y 2 pinchazos mediante, llegamos a la YPF de Lavalle apenas 5 minutos antes que Ernesto y su auto con porta-bici. Tomamos algo como para recuperarnos un poco y desde ahí, regreso a Santiago en vehículo motor.

Una aventura más, que tuvo casi todo lo que un buen viaje cicloturista debe tener, problemas, paciencia, empeño, sacrificio, alegrías, satisfacción de la buena compañía, también buena comida. Completito.

Gracias Luis. Hasta la próxima. 

 

Todas las Fotos del Viaje AQUI….

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